sábado, 1 de noviembre de 2008

TRANSFORMAR LA SOCIEDAD ES LA TAREA



Cada época, cada etapa de cada época, deja su impronta en el conjunto de la sociedad, en los individuos y en las organizaciones. Así lo demuestra toda la experiencia historica y nada indica que en el futurop proximo las cosas vayan ha ser distintas a este nivel.

Marx explico que 'las ideas dominantes son las ideas de la clase social dominante', la cual posee todos los resortes que da el poder económico para propagarlas al conjunto de la sociedad. La burguesía transmite sus ideas, las que dan cobertura ‘ética y moral’ a su dominación de clase, de mil y una forma diferente. Los medios de comunicación de masas, las cátedras, los pulpitos,…, todo es utilizado para crear tradiciones y costumbres sociales, que fruto de la rutina habitual acaba convirtiendo estas ideas en ‘normales’ y aceptadas como tal por la inmensa mayoría de la población.

Los últimos 20 años han sido, en su conjunto, años de reacción en general. Por un lado hemos tenido un periodo de crecimiento económico capitalista, lleno de contradicciones, pero que ha permitido al Sistema dar la apariencia de que ‘esto funciona’. Por otro lado tuvimos el colapso y caída de los regímenes degenerados burocráticamente del Este de Europa, lo cual permitió junto al crecimiento capitalista el platear a la burguesía una ofensiva en contra de las ideas del socialismo, del comunismo, del marxismo en general.

Desde un punto de vista objetivo, el boom económico de esta última década más que progresivo ha sido de orgia especulativa. Las fuerzas productivas han crecido, pero a costa de la sangre, sudor y lagrimas de los explotados del mundo, mientras los capitalistas se han bañado en autenticos lagos de beneficios, producto de esa explotación y sobre todo tambien de las fraudolentas maniobras de especulación en las que hemos vivido.

En todo este periodo, mas que en ninguna otra epoca historica, la clase trabajadora se ha visto huerfana de dirección para luchar contra la situación reinante, debido fundamentalmente al criminal papel jugado por los dirigentes llamados de izquierdas y sindicales, que han colaborado en un desarme organizativo de los trabajadores en toda regla, haciendo asi el juego a los capitalistas, papel este en el que por lo visto se sienten autenticamente comodos.

En este contexto, ideas traídas al presente desde el cubo de la basura histórico son presentadas ahora mismo como ‘ideas nuevas’ que corresponden a la situación actual. Toda la vieja porquería del reformismo ideológico se ha instalado en la mente de miles de trabajadores y jóvenes, por no decir de los dirigentes de las organizaciones políticas, sindicales y sociales de izquierdas. Esto tiene por otra parte su correspondencia con la ignorancia general que del marxismo, como método y programa científico, existe en la actualidad. Una ignorancia en muchos aspectos mayor que en ningún otro momento histórico.

Para compensar el vacío de ideas que ayuden a luchar para cambiar las sociedad, se han instalado todo tipo de 'vicios' políticos y organizativos en las organizaciones de la izquierda, políticas, sindicales y sociales, en donde se intenta llenar ese vacío con ‘servicios, actividades lúdicas, viajes culturales, y demás panaceas', ignorando la necesidad de ideas, programas y métodos correctos.

En el periodo en el que hemos entrado, de crisis económica, social y política del capitalismo, todas estas carencias internas y externas en las organizaciones políticas, sindicales y sociales de izquierdas deben de ser resueltas. La necesidad objetiva empuja, cada vez lo hará con más fuerza, a dotar a estas organizaciones como instrumentos de lucha que evite que la sociedad retroceda décadas y décadas en derechos, conquistas y condiciones de vida.

La claridad en las ideas y en la defensa de un programa de izquierdas no es imprescindible, pero será ante todo una garantía de avance en la construcción y el desarrollo de las propias organizaciones. Hasta sin ideas correctas la lucha será inevitable, pero el estar dotado de unas ideas, un programa y unos métodos correctos será mayor garantía de éxito.

Como decía un clásico, ‘por todos sitios vemos resurgir viejas ideas inservibles directamente del cubo de basura de la historia’. Esto no es otra cosa que las ideas del reformismo, aún sin reformas. Y esto no demuestra que sean más actuales, sino que representan ‘la línea de menor resistencia’ ante el Sistema y por tanto las ideas que abrazan los dirigentes de izquierdas más cobardes, que tienen miedo a enfrentarse a la lucha por cambiar en el fondo las cosas.

Estas ideas en realidad no explican absolutamente nada de donde estamos, de dónde venimos, pero además tendrán consecuencias dramáticas a largo plazo, porque ellas preparan derrotas y no victorias del movimiento. Son inservibles para luchar por un mañana digno para el conjunto de la sociedad. Esto es un autentico drama y el verdadero papel que juegan, a la hora de la verdad, los llamados ‘prácticos e inteligentes’ reformistas que se visten con el camuflaje del ‘todo puede valer, menos defender consecuentemente un cambio radical de la sociedad’, una sociedad en donde viven en líneas generales cómodamente.

En estos precisos momentos, en donde el mundo capitalista está en una profunda crisis, ‘la mayor en cien años’ dicen, con consecuencias brutales para millones de trabajadores en el momento actual y con una perspectiva aún peor para los próximos años, se hace urgente el poseer un análisis claro de que está ocurriendo, cuales son las perspectivas y de cómo luchar contra toda esta situación.

Consecuentemente, toda la situación indica la necesidad de defender un claro programa de lucha por la transformación socialista de la sociedad. Y ello es válido no solo para los que dirigen las organizaciones políticas y sindicales de izquierdas, lo debe de ser igualmente para todo aquel que diga representar los intereses de los que vivimos en los barrios obreros, por ejemplo, de cada ciudad y pueblo. En estos asuntos, NO HAY NEUTRALIDAD POSIBLE.

Ideas, perspectivas y un claro programa que permita encarar la lucha de los más débiles social y económicamente de esta sociedad para cambiar radicalmente la misma, por una sociedad en donde la igualdad y la fraternidad sea el motor que la mueva. En otras palabras, una sociedad socialista, sin explotadores ni explotados.
LA LUCHA POR LA TRANSFORMACION SOCIALISTA ES LA TAREA.

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